La democracia participativa otorga a los ciudadanos una mayor, más activa y más directa capacidad de intervención e influencia en la toma de decisiones de carácter público.
En este sentido, podemos entender la democracia participativa como una evolución moderna de la democracia directa donde los ciudadanos, su voz y voto, tienen una influencia y un peso específico real en todas las decisiones de carácter público del pueblo.
Es por ello que la democracia participativa asume como uno de sus objetivos que el vecino no limite su papel dentro del sistema democrático al ejercicio del sufragio, como ocurre en la democracia representativa, sino que asuma un rol protagónico, activo y propositivo dentro de la política, municipal.
De esta manera, uno de los retos de la democracia participativa es crear una sociedad integrada por ciudadanos activos, organizados y preparados para asumir un papel dinámico en la escena política.
Básicamente, se persigue que el ciudadano se involucre en las decisiones que le afectan, proponiendo iniciativas, promoviendo asambleas y debates, pronunciándose a favor o en contra de una u otra medida, así como vigilando y verificando su implementación.
"Las batallas hay que darlas independientemente de su resultado, ganaré o perderé pero yo tengo que decir esto. Es el deber frente a la conveniencia, la ética frente al interés mercantil. Todos los valores que esta civilización ha tenido y que ha ido echando por tierra son lo que hay que restaurar en otro marco distinto."
JOSÉ LUIS SAMPEDRO
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